Si vives con dolor crónico, sabes que es mucho más que una condición física. Es un desafío que puede llegar a afectar a todas las esferas de tu vida. Y en la búsqueda de alivio, de una salida, es natural que cada día se sienta como una lucha constante, para tratar de hacerle frente al sufrimiento.

La gran paradoja es que esta lucha, aunque se trata de una respuesta muy humana y natural ante el dolor, acaba por añadir una capa extra de sufrimiento al propio dolor físico que se experimenta.

Es como estar atrapado/a en arenas movedizas. Tu instinto te grita que patalees con todas tus fuerzas para escapar, pero cada movimiento solo te hunde más. Con el dolor, ocurre lo mismo: cada intento desesperado por controlarlo y cada gramo de energía que gastas en resistirte... te hunde más en el ciclo de sufrimiento.

Pero, ¿y si la salida no fuera luchar más fuerte?

En este espacio te proponemos hacer algo radicalmente diferente. Algo que puede parecer contraintuitivo, pero que es profundamente liberador: aprender a soltar la cuerda.

No se trata de rendirse. Se trata de redirigir toda esa energía que inviertes en la guerra contra el dolor hacia la construcción de una vida que te importe. Te enseñaremos herramientas prácticas y compasivas para que aprendas a:

• ✓ Cambiar tu relación con las sensaciones dolorosas.
• ✓ Desengancharte de los pensamientos catastróficos.
• ✓ Aprender a tratarte con amabilidad y compasión en los momentos difíciles.
• ✓ Mejorar tu descanso y potenciar tu autocuidado.
• ✓ Conectar de nuevo con tus valores, tus alegrías y las personas que amas.
• ✓ Encontrar apoyo y sentir que no estás solo/a en este camino.

El dolor puede seguir siendo un pasajero en tu viaje, pero no tiene por qué ser el conductor.