FASE 3

Mi brújula interior

conecta con lo que realmente es importante para ti

El vacío después de la lucha

En las fases anteriores, hicimos un trabajo valiente. Aprendimos a «entender la trampa» del sufrimiento y practicamos activamente el «soltar la cuerda» de la lucha contra nuestros pensamientos y sensaciones.

Al dejar de malgastar nuestra energía en esa batalla agotadora, es normal que surja una sensación de vacío o una pregunta: «Y ahora, ¿qué?»

La vida organizada alrededor del dolor

Cuando la vida de una persona se organiza enteramente alrededor del dolor, toda su energía se consume en esa lucha diaria: en evitarlo, en manejarlo o en resistirse a él.

La persona puede sentirse como un barco sin timón, a la deriva, que ya no elige su rumbo, sino que simplemente reacciona a la tormenta de las sensaciones y los miedos. El dolor se convierte en el centro, y la vida se encoge a su alrededor. Esta fase consiste en volver a tomar el timón.

Tu brújula interior: Los valores

Aquí es donde entra en juego tu brújula interior: tus valores.

Los valores son tus «porqués». Son las cualidades que quieres encarnar, lo que te importa en lo más profundo de tu corazón. No son metas que se alcanzan, sino direcciones que eliges para caminar.

Son la respuesta a la pregunta: «¿Qué tipo de persona quiero ser, incluso con este dolor?».

Conectar con tus valores es la fuente de motivación más poderosa que existe. Te da una razón para hacer el difícil trabajo de aceptar el dolor y te da un mapa claro para el siguiente paso: la acción.

¿Qué aprenderemos en esta fase?

Esta fase te dará las herramientas para reconectar con tu dirección vital:

  1. A diferenciar una brújula de un destino: Entenderás la diferencia clave entre valores (la dirección que nunca termina, como «ser un padre cariñoso») y metas (los lugares que quieres alcanzar, como «llevar a mi hijo al parque el sábado»).
  2. A escuchar a tu corazón: A través de ejercicios de reflexión profunda, reconectarás con lo que siempre ha sido importante para ti, más allá del ruido del dolor.
  3. A manejar los «demonios» de la elección: Aprenderás a lidiar con pensamientos como «no lo sé», «no me lo merezco» o «es inútil», que suelen aparecer cuando intentamos elegir un nuevo camino.

Esta fase te devolverá el sentido de dirección. Te recordará que, aunque el dolor pueda ser un compañero de viaje no deseado, tú sigues eligiendo el destino.